miércoles, 11 de febrero de 2015

AUTORETRATO CASI A LOS 32

La psicología no es tan difícil. Pongamos, por ejemplo:


SERGIO GARECA: Es la historia del autodesprecio. Procaz, suspicaz y pusilánime. Su única medida es el exceso. Tiene una saludable doble personalidad, en desmedro de la otra. Escribe, porque ya se ha asumido como un músico fracasado. Sin duda, ya pertenece a la fauna del infierno. Por eso la única mujer que lo ha amado también ha optado por abominarlo. Su alma está tan agujereada que hay que comprar api para tragarse ese buñuelo. Ha hablado tanto y tan mal de todos los gobiernos que ni el mismo puede gobernarse. Practica el vampirismo literario, succionando la sabiduría de los más viejos y el ímpetu de los más jóvenes. Posee un corazón oceánico pero vacío. O sea, ama como un planeta abandonado, sin atmósfera, con absoluta soledad, cuyo único atractivo es la distancia y la falta de civilización. Si no contesta el celular es que odia a la humanidad entera y a veces no hay caso de hacer excepciones. En él habita la eterna lucha del bien contra el mal, una diablada interior, en la cual, es vergonzoso decir, al ángel le sacan la mierda a cada instante. Goza del mal cuidado de sus benevolentes amigos. Su alma también es un bello jardín de mala yerba y andrés huayllas, de lagartos, arenas y paja brava. Aún es un perro- cometa, pero en cenizas. De su hija ha heredado el nombre de su destino.

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