A Jaime Achocalla
Lo que pasa
pasa sobre el mundo
— pasas en la mesita
de la sala de estar—
Es delincuencia
no saber sostener en pie
la estatua de lo creado
Muerde mármol
Todo debe destruirse
Caliente el cariño vaporoso
de la sopa o la sangre fresca
Sobre la mesa se derrama
un doloroso cumpleaños
Ruptura de un eje
que de trompo en trompo
se ha hecho un filme
de cine mudo
Nada que decir
Simplemente nada que decir
No es época de mirar
a la lluvia con ternura
La sensualidad debe ser táctil
Mojarse con alcohol en la madrugada
oyendo cómo nos llaman
desde la oscuridad
los hijos del desprestigio
llenos de música
Tampoco vengas a mirarme
con tu matemática de soslayo
Ya no estoy tras tus huesos
Estoy harto de la arqueología del corazón
Me dejo llevar
por el infierno y la dulzura
Déjame decirte
que el cielo no se acuerda
de que alguna vez amamos
Libre de tu inquisición
no doy explicaciones de mi felicidad
Soy el perro de Goya
Miro hacia donde nadie podrá mirar jamás
Me reservo el misterio
y el derecho de ladrar
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